Finalmente el imperio cayo debido a las tendencias absolutas del emperador y en 1824 se estableció una republica federal con el insurgente Guadalupe Victoria como Presidente. Victoria logro culminar su periodo presidencial en 1828.
En 1828 se enfrentaron dos candidatos a la presidencia: el insurgente Vicente Guerrero, y Manuel Gómez Pedraza.
El resultado de las elecciones favoreció a Pedraza lo que provoco la inconformidad del grupo que apoyaba a Guerrero. Plañeron y ejecutaron un “golpe de Estado” para colocarlo en el poder.
Esto marco el inicio de una larga cadena de “Pronunciamientos” y golpes de Estados.
La inestabilidad política dio lugar al predominio del ejército en la toma de decisiones; lo que significo que su participación del presupuesto del Estado fue en aumento, haciendo crónica la falta de recursos.
La inestabilidad fue el estancamiento de la economía, su crecimiento fue casi nulo, con excepciones, como el caso de Zacatecas.
Las actividades económicas no se diversificaron, la agricultura y la minería continuaron siendo las predominantes.
La falta crónica de capitales para impulsar el desarrollo económico llevó a este a solicitar préstamos en el extranjero, que la propia inestabilidad política, no permitiría pagar puntualmente.
Las constantes guerras civiles produjeron conflictos con otros países que exigían la indemnización de las perdidas.
Fue el caso en 1833, como conocido “GUERRA DE LOS PASTELES”, en virtud de que una causa del conflicto fue la exigencia francesa de que se pagaran las pérdidas ocasionadas en las pastelerías.
El problema se resolvió por la vía diplomática gracias a la presión ejercida por Gran Bretaña sobre Francia para llegar a un acuerdo con México.
El gobierno Estadounidense reclamo el pago de pérdidas sufridas por sus ciudadanos a causa de las guerras civiles, lo que sirvió para presionar el gobierno mexicano y obtener los territorios del norte.
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